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CARTA DEL SR. OBISPO PARA EL DÍA DEL SEMINARIO 2009

DÍA DEL SEMINARIO "APÓSTOL POR GRACIA DE DIOS" Queridos sacerdotes, religiosas, religiosos y fieles diocesanos: La solemnidad de San José, día 19 de marzo, está asociada en nuestras mentes con el Seminario. En el presente año dicha fecha, aunque en la Provincia Eclesiástica de Granada conserva el carácter de "día de precepto", nuevamente ha sido declarada laborable por la autoridad civil en Andalucía, motivo por el que trasladamos el Día del Seminario al domingo siguiente, 22 de marzo, cuarto de Cuaresma. El Día del Seminario supone una llamada de atención a todos, para que tomemos conciencia de la importancia y necesidad de los sacerdotes. No puede haber comunidad cristiana sin la presencia de quien la preside en nombre del Señor. Sabemos que esto tiene su origen en el mismo Jesús, que llamó, formó y envió a sus apóstoles. Ellos, a su vez, fueron constituyendo nuevas comunidades, al frente de las cuales iban dejando a sucesores suyos. Y así lo ha seguido haciendo la Iglesia a lo largo de toda su historia. Por eso los cristianos nos sentimos obligados a promover, acompañar y sostener nuevas vocaciones al sacerdocio ministerial. Nos encontramos en el Año Jubilar Paulino. Esto explica el lema elegido para el Día del Seminario: "Apóstol por gracia de Dios"; una frase en la que San Pablo pone de manifiesto cómo se comprende él a sí mismo. En nuestra sociedad, niños, adolescentes y jóvenes se van preguntando de forma progresiva por su identidad, sobre cuál ha de ser su misión en la vida. San Pablo se encuentra con Cristo resucitado, que le sale al paso, y en ese encuentro descubre quién es y cuál es la misión que se le confía: SER APÓSTOL DE JESÚS. Y experimenta esto como un don, como una gracia que se le hace, a la que debe responder con alegría y generosidad. Su vocación se convierte de este modo en referencia para todos los tiempos. Hoy, como siempre, y quizá más que nunca, necesitamos apóstoles al estilo de san Pablo. En nuestros días hay escasez de vocaciones al sacerdocio en casi todas las diócesis españolas. También en la de Guadix. Pero este dato no debe constituir un motivo de desánimo. Al contrario, debe ser un estímulo para trabajar más y mejor en la transmisión de la fe a las nuevas generaciones, contrarrestando así las influencias negativas de una sociedad materializada y hedonista que va olvidando y haciendo desaparecer muchos de los valores cristianos. Por ello, os invito a todos - padres cristianos, abuelos y abuelas, sacerdotes, catequistas, profesores, hombres y mujeres de buena voluntad, - a que el Día del Seminario, y siempre, oréis para que el Señor nos conceda buenas y abundantes vocaciones al sacerdocio. Pero que esta oración nos comprometa de forma permanente a hablar a niños y jóvenes de la grandeza y necesidad del sacerdocio, a provocar en ellos el interrogante sobre el futuro de su vida en bien de la humanidad. Esta oración avivará nuestro espíritu apostólico para promover una cultura en la que tenga cabida la escucha de la llamada de Dios. Una llamada que mueva a dar respuestas valientes en el servicio a favor del hombre de hoy, tan necesitado de Cristo y de su evangelio. Ese será un terreno fecundo donde puedan brotar todo tipo de vocaciones cristianas. Si ponemos empeño en transmitir el evangelio de Jesús a una nueva generación de niños y jóvenes, algunos de ellos sentirán sin duda la llamada del Señor y podrán descubrir que su misión en la vida está en el sacerdocio. Será esta una buena manera de ayudar a nuestro Seminario diocesano. También, y dado que el Seminario y las vocaciones necesitan de nuestro apoyo material, espero que, en la medida de vuestras posibilidades, seáis muy generosos contribuyendo con vuestras aportaciones en la COLECTA que se hará en todos los templos de la Diócesis los días 19 y 22 de marzo. La protección de San José, la mirada maternal de María santísima y la ayuda valiosa de nuestro primer evangelizador San Torcuato, hagan llegar a nuestro Seminario el anhelado aumento de vocaciones para el sacerdocio. Con gran afecto y gratitud, os bendigo. Guadix, 4 de marzo de 2009